La Magia de la gran pintura.

Sonó el telèfono, era Paulina Restrepo Avecedo, una jovencita que amen de haber nacido en medio de obras de arte, su enaltecimiento y comercialización; tiene además  esa maravillosa pasión por este vicio de la indagación artística que solo poseen aquellos que nacieron con un destino pactado más allá de las palabras. 
Resultado de imagen para roberto matta obras faciles
Obra de Roberto Matta /FUENTE: http://tallerdeencuentros.blogspot.com.co/2011/05/roberto-matta-echaurren-chileno.html
Llamó a preguntarme por una visión respecto a la obra de Matta, de Lam y de un pintor matèrico contemporáneo colombiano por el que he guardado siempre un excepcional respeto... Una pregunta detrás de la otra, su curiosidad parecía aumentar y luego de un par de apreciaciones de mi parte me soltó de un solo "deberías escribir sobre esto del expresionismo, ahora entendí muchas cosas."

"Deberías escribir" La frase me quedó colgando de la punta de una neurona después de terminada la llamada, luego, mientras yo me encargaba de evacuar pendientes,  me fue escalando sinapsis a sinapsis, hasta lograr distraerme de mis quehaceres, llevándome por una trocha cefálica hasta el lugar donde está el recuerdo primigenio, el inicio de mi camino en la Curaduria de arte.

"Deberías escribir", mantra que me repito yo misma con tanta frecuencia como el universo permite, una verdad que me define, un destino que me atrae sin remedio, o más bien como el remedio para todo aquello que me interroga, pienso y siento; teniendo protagonismo excepcional en la temática de mis letras las artes visuales, porque cuando escribo sobre ello, logro sentir en el tecleo como se confirma el matrimonio indisoluble que hay entre mi escribir y mi sentir frente a la creación humana más exquisita, ese quehacer mediante el cual queda inmortalizada una parte del alma humana, por medio de una suerte de sortilegio enajenante que hace por ejemplo de la ecuación entre unos pigmentos y una tela, un portal emocional capaz de cortarnos el aliento.
Curaduría de obra de Camilo Calderón, Centro de Cooperación española Noviembre de 2014

Llegué a este territorio por medio de la pintura, más concretamente por una devoción temprana y obstinada por el expresionismo, por esa pintura en cuyo territorio se configura un universo emocional por suerte de brochazos, estarcidos, rasgaduras y toda suerte de efectos materiales, que operan en la gran pintura como elementos constructivos de un umbral de sensaciones profundas, por las que desde que tengo memoria he fijado una honesta devoción.

Hablar de Matta, pasar por Lam, fisgonear a Pollock, tocar a Salas y explayarme sin remedio en el universo de mi amor pictórico: Alejandro Obregón, es zambullirme en un océano donde habitan mis especies favoritas, donde los sentidos parecen nunca ser suficientes para disfrutar tanto.


VIOLENCIA DE ALEJANDRO OBREGÓN / BANCO DE LA REPÚBLICA

Y así, en medio de una agenda de lunes cualquiera, sin aviso, estuve de regreso años atrás, al primer recuerdo de mi idilio con la creación artística, a ese día en que decidí que dedicaría gran parte de mi vida a analizar, disfrutar y construir puentes comunicacionales al servicio del arte visual y su público, determinación a la que sin duda llegue por medio de la pintura, a través del expresionismo pictórico, como lo confirma una de mis primeras peleas escolares, cuando a los cortos 8 años me agarrè con una compañera porque me dijo que Botero era mejor que Obregón... Misma vocación autenticada en la adolescencia cuando mi primer amor más que por un hombre, fue por su pintura... Telas colosales donde cada brochazo confirmaba la fuerza vital de nuestra especie y su infinita capacidad de dejar testimonio físico, de lo intangible, de la memoria emocional de su tiempo. 

Hecho que pase más tarde a ver reiterado en los lienzos y las conversaciones de quienes en generosidad infinita se convertirían en mis maestros: Camilo Calderón, Umberto Giangrandi, Wiston Caballero, María Teresa Guerrero, seres que día a día de la vida me abrieron y me abren  la puerta de sus talleres, sus bibliotecas, su sapiencia y conocimiento, alimentando aquella inquietud infantil, custodiada por barracudas y cóndores, que cada día -por fortuna- encuentra un cómplice y una motivación más, siendo una razón más para seguirme zambullendo en este universo de la creación estètica y ese amplio menú de delicias emocionales que nos ofrece como testimonio de grandeza, siendo en mi opinión la pintura y en particular la pintura expresionista, la que con mayor libertad y facilidad logra tocar -evocando a Kandinsky- el alma humana.

NORMAN MEJÍA POR NATALIA BEAHINE
Desde los policromos universos de montaña y ciénaga, de cielos y de mar, del siempre coloso Alejandro Obregón, hasta la desgarradora pintura de Norman Mejía bajo el yugo de su espíritu indómito; mi percepción del arte ha sido moldeada a punta de elixires  y conjuros estéticos en el que la técnica ha demostrado su valía solo al servicio de la expresión, y no de una expresión cualquiera, si no que aquella que gracias a la investigación y la consciencia, desde lo onírico logra tocar lo universal.

Y siendo la pintura mi primer amor, mis velas han navegado hacia otros igualmente valiosos territorios entre los cuales el dibujo, la escultura, la obra gráfica y la fotografía me han dado más de una decena de satisfacciones, en crecimiento gracias al mayor de mis tesoros en este camino de creer para crear... Un ejército de cómplices de cada idea, de cada sueño, de cada realidad, desde esas largas conversaciones -de las que generalmente emergen los proyectos- hasta esas extravagantes jornadas de hacerlos realidad.
Con Umberto Giangrandi y Casa Italia, Curaduría de Maestros Modernos Colombianos, Octubre de 2015
La obra de arte -en su moderna acepción y bajo la confirmación de la hípermodernidad- no es más que ese milagro mediante el cual una creación física de uno o varios seres humanos logra comunicarnos como si tuvieran vida, sin importar la naturaleza de la reacción que generen, sin importar si es miedo o incluso rechazo; en el hecho mismo de que una construcción humana logre ser una extensión del sentir, reside un hecho extraordinario.

Un mundo del que podría hablar y escribir horas, más que por conocimiento por rotunda pasión por el oficio, que al lado de la maternidad, más admiro en el mundo: la creación artística. Y así, robando un rato a mi agenda y como una respuesta a la linda Paulina, que es también una respuesta para mí misma, enhebré este par de retazos, que aunque honestos, serán siempre menores ante la magia de la gran pintura.

Comentarios

Entradas populares