OFICIO: CARTAGENA


Por: María del Pilar Rodríguez Saumet / Curadora de la muestra

 

Fuente: Archivo de la artista

El imperativo magenta de su paleta, la frescura de las atmosferas que plantea y la delicadeza técnica de la ejecución, pueden engañar a más de uno frente al orígen y densidad conceptual de la obra de Rosario Heins. Hasta que más allá del primo efecto nos damos el espacio de observar a profundidad cada escena, comprendiendo la belleza como un camino a hacernos ver una realidad que muchas veces pasamos por alto y que da cuenta, entre otras cosas, de injusticia y desigualdad: “el rebusque”.

En un intento de normalización, el mal llamado “trabajo informal”, es para muchos la única ventana a una subsistencia lejos del hambre, sin seguridad social, horarios o un salario mínimo. Un cotidiano en los espacios públicos de nuestros países sobre el cual Heins pone sus ojos y sus habilidades, para hacernos mirar de frente aquello que por cotidiano no deja de ser una realidad brutal para quienes -en el caso particular del caribe- se luchan el pan bajo la canícula y con la única protección de la incertidumbre.

El paisaje del eterno verano de las costas latinoamericanas y en particular la de su natal Colombia, son el laboratorio emocional de esta artista visual, que residente hace muchos años en Montpellier -Francia, se ha convertido en una juglar de los oficios populares, configurando una estética propia, premiada y exaltada en variadas ocasiones en décadas de exitosa carrera artística.

Nacida en el vértice que Río de la Magdalena y Mar Caribe configuran en Barranquilla, formada en la Escuela de Bellas Artes de la misma ciudad, lleva en su cabeza y el corazón este paisaje de playa que sin estos comerciantes informales sería distinto, de hecho antónimo a lo que consideramos como nuestro.

Temática, que en muchas oportunidades ha ocupado columnas periodísticas enteras y titulares en variados medios, sobre las incomodidades que el exceso de estos comerciantes en islas y balnearios urbanos generan para propios y visitantes. Pero ¿Y qué alternativas de subsistencia digna tienen estas familias? ¿Qué opciones de protección y formalización tienen estos oficios?, son algunas de las muchas preguntas que la obra de Heins favorece, mediante una propuesta cuyo nivel de compromiso queda manifiesto en la dedicación y calidad que cada obra impone a los sentidos.

Es así como esta colección de dibujos y pinturas de Rosario Heins se configura como un contrapunto entre el deleite sensorial veraniego y estético, y las tradiciones y complejidades contemporáneas generadas por los trabajadores ambulantes. Exaltando además un valor imperante, que hace de esta realidad con frecuencia una experiencia adorable: la alegría, que en Cartagena se vende como dulce, y se regala como ventaja competitiva de estos personajes que se levantan cada mañana a buscar el sustento en una particular dinámica, Oficio: Cartagena.

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